miércoles, 21 de mayo de 2014

ITALIA VS CHINA (Tiempos dificiles)

En algunas ciudades de Italia la tensión entre italianos y chinos es alta.
El rápido influjo de los trabajadores inmigrantes chinos y el dramático impacto que tienen en el mercado laboral han sorprendido a Italia con la guardia baja, particularmente en los centros industriales del norte.
Prato, la principal ciudad textilera de Italia, se encuentra en el corazón de un choque cultural que está transformando la manera en que opera la industria textil.
Los inmigrantes chinos están llegando a Prato para trabajar en las miles de fábricas, almacenes y maquiladoras de la ciudad que proveen de ropa e hilo a la industria de la moda italiana.
Muchos de los chinos aquí son 'clandestini', ilegales 
Francesco Nannucci, director de Investigaciones de la policía de Prato
Hoy día, Prato tiene la mayor comunidad china del país, unas 25.000 personas, lo cual representa casi al 15% de los habitantes de la ciudad.
Y las autoridades están preocupadas.
"Muchos de los chinos aquí son 'clandestini', ilegales. Tenemos grandes dificultades para detenerlos. Y desde que llegaron, ha crecido el delito en la ciudad", dice Francesco Nannucci, director de investigaciones de la policía de Prato.
Trabajador chino en la empresa textil Guipel
Los trabajadores chinos han sido objeto de hostilidad por algunos italianos.
La policía patrulla el barrio chino de Prato todos los días. Es un área llena de tiendas chinas, servicios y restaurantes. Casi todos ellos han surgido en los últimos años.
En una redada, diez chinos indocumentados fueron descubiertos en una maquiladora de una calle marginal, trabajando con máquinas de coser.

Había un niño presente, camas, un baño y una cocina. Dormían, cocinaban, trabajaban y criaban a sus hijos en ese pequeño almacén.
Transformación global
Hasta un tercio de los inmigrantes chinos en Italia podrían ser ilegales.
Letrero en italiano en la entrada a un restaurant  "Trattoria Cinese"
El barrio chino de Milán mantiene ejemplos de la mezcla de culturas.
Pero ése no es el único factor que preocupa a las autoridades: es la manera en que trabajan.


Los chinos están transformando la forma en que opera la industria textil en Italia y están llevando la globalización a un reacio mercado italiano.
Miles de chinos encuentran empleo en las fábricas y almacenes en las zonas industriales de las afueras de Prato. Muchos de esos sitios son ahora propiedad de patrones chinos.
La mayoría viene de una ciudad en China, Wenzhou, situada en la provincia de Zhejiang, justo al sur de Shanghai, también una región textilera.
Llegan a Italia de una de dos maneras: sea con ayuda de bandas delictivas de tráfico humano o como turistas que se quedan más tiempo del que dictan las visas.
El alcalde de Prato, Marco Romagnoli
 Muchos italianos los acusan (a los chinos) por sus problemas económicos 
Marco Romagnoli, alcalde de Prato
Prato, junto con Roma, Nápoles y Milán, son las ciudades más buscadas.
Es ahí donde está el trabajo y donde están establecidas las redes chinas que permiten absorber a los recién llegados.
"Mi familia entera está aquí: mi tío, mi tía, mi madre, mi padre y mi hermana", explica Cheng, joven de 18 años parado entre percheros de miles de camisetas, faldas, pantalones y vestidos.
"Trabajamos muy duro", presume. "¡Algunas veces día y noche!".
Moda Pronto
En el taller situado atrás del almacén, Cheng y su familia trabajan duro para producir esta ropa en un tiempo tan corto como sea posible, y tan barato como sea posible.
Pueden rebajar el precio -y los salarios- de sus homólogos italianos. El pago que reciben podría ser tan bajo como US$3 la hora, y podrían producir 20 vestidos por sólo US$200 en total.
La ropa es comprada por vendedores de toda Italia y del resto de Europa.
Prato se ha convertido en el principal centro de distribución de lo que se ha venido a llamar la "Moda Pronto" o "moda rápida".
Esta es una invención china: mercancía "hecha en Italia" producida bajo condiciones chinas.

Prato también se ha convertido en un centro para la importación de ropa barata de la misma China.

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